¿Qué es la alopecia y cómo identificarla desde casa?

La alopecia es un tema que afecta y preocupa a muchas personas. Se estima que casi el 45% de los hombres y el 25% de mujeres de todo el mundo padecen la condición. No importa tu edad o el tipo de cabello que tengas, puede manifestarse en cualquier momento de la vida. El síntoma más evidente es la caída de cabello y las escamas que aparecen en el cuero cabelludo.

Aunque no se trata de una afección de peligro para la salud, sí afecta en el ánimo y en la manera en que nos vemos a nosotros mismos y por ello es importante tratarla con cuanto antes.

Las dos formas más comunes son la alopecia androgénica y la alopecia areata. A continuación te contamos cómo podes identificarlas y algunos consejos para mejorar y no desesperar en el intento. 

La alopecia androgénica.

Se caracteriza, en su mayoría, por la pérdida de densidad capilar y por el cuero cabelludo, que se hace más visible. Lo más común es la aparición de entradas o la coronilla de la cabeza. Aunque puede tardar varios años en desarrollarse, en las mujeres suele aparecer en poco tiempo y, principalmente, durante y luego el período de menopausia. La causa más frecuente es la predisposición por genética. No obstante, es sólo una posibilidad, no una certeza. El estrés, la ansiedad y el esfuerzo emocional son otras de las causas comunes. Generalmente, dura unas semanas o meses y el cabello por sí sólo regenera la producción. En estos casos, es fundamental el ejercicio y la relajación, como puede ser salir a caminar o hacer yoga.

Y, por último, el desorden hormonal o vitamínico coadyuva a la aparición de la alopecia androgénica. Es frecuente en embarazos, en periodo de anemia o bajo alguna prescripción médica.

En el caso de las mujeres, el cambio hormonal especialmente durante la menopausia, suele provocar el agotamiento de los folículos capilares, lo que deriva en mayor fragilidad del cabello y poco crecimiento. 

La alopecia areata.

A diferencia de la androgénica, la alopecia areata es menos frecuente y consiste en la pérdida de cabello en determinas zonas del cuerpo. En los hombres, en la mayoría de casos, aparece en círculos en la cabeza o en la barba y sin ninguna alteración cutánea. Esto es, no se observan escamas, rojez, hinchazón, nada que pueda determinar por qué en esa zona el cabello se cae. En las mujeres, sucede de forma muy similar aunque se da, en principio, en la cabeza y en la falta de vello corporal con el paso del tiempo, es decir, pelo que progresivamente se cae y no vuelve a crecer.

Las causas de este tipo de alopecia, además del estrés que ya contamos más arriba,  tienen que ver con algunas condiciones preexistentes, como el caso de la diabetes, las infecciones, dermatitis o enfermedades autoinmunes. También aparece cuando hay desorden nutricional o afecciones, como la celiaquía.

Si tenés duda sobre la cantidad de tu pelo y su fuerza, una prueba casera muy eficiente es mojar el cabello con abundante agua y separar los mechones. Si notás que entre pelo y pelo hay mucho espacio y se ve el cuero cabelludo, tal vez sea momento de pensar en utilizar algún shampoo o máscara de aplique para engrosar los pilusos, para fortalecerlos y detener la caída. También es útil comparar el pelo que queda en el peine luego de cepillarlo. Podes anotar en un cuaderno, aproximado, cuanto cabello cae y así estar atento a una caída cada vez más aguda. Como tip: lo normal es perder entre cien y ciento veinticinco pelos por lavado. 

Y, como siempre, si sentís que estado no mejora, recomendamos consultar con un dermatólogo para encontrar la solución más adecuada. Aunque no hay que desesperarse (porque el estrés agrava el problema), sí hay que actuar y es importante estar pendiente del avance de la condición para revertir los síntomas a tiempo.

Créditos Imagen: Kalhh