El colágeno en la dieta y su efecto en la piel

Nuestro organismo necesita de seis nutrientes para mantenerse sano y fuerte: las vitaminas y minerales, las grasas, los carbohidratos, el agua y las proteínas. La mayoría de estos componentes podemos encontrarlos en las comidas y en los productos cosméticos de rutina diaria. Con el paso del tiempo, nuestro organismo genera cada vez menos nutrientes, pérdida propia del envejecimiento; por suerte, tenemos opciones que suplen y complementan la producción natural.

En esta ocasión, te queremos contar sobre el colágeno, integrante primordial que se ocupa de nuestros movimientos y articulaciones. Integra los tejidos que conectan los tendones, los ligamentos, los músculos y la piel. En tal sentido, el colágeno proporciona estructura y fortalece los huesos. En la dermis, sus funciones son variadas: aporta firmeza, luminosidad y sus niveles desarrollan una barrera a las toxinas propias de la contaminación cotidiana.

A partir de los veinticinco años, el cuerpo comienza a disminuir la producción de colágeno de forma progresiva. Hacia los cuarenta y cinco años, su reducción es tan mayor que empieza a afectar los procesos metabólicos del organismo. Según varios estudios, la generación de la proteína colaginosa se reduce al nivel de un 1% por año. Como consecuencia, prontamente, veremos nuestra piel más fina, con mayor tendencia a resquebrajarse, los pliegues que habían comenzado a aparecer hace un tiempo ahora se hacen más notorios, se cae el cabello, disminuye la densidad ósea y las articulaciones se vuelven más frágiles. Estos efectos pueden prevenirse con suplementos y alimentos ricos en colágeno, que ayuden a ralentizar la disminución de la producción y que aporten lo necesario para que el cuerpo se mantenga saludable.

A la hora de prevenir, es recomendable incorporar complementos dietarios que contribuyan al bienestar del organismo. El huevo, el limón (y todo cítrico rico en vitamina C), las cebollas, los frutos secos (tienen alto contenido de omega 3, omega 6 y omega 9 que facilitan la producción de colágeno), todo tipo de lácteos ricos en calcio, entre otros, son muy bienvenidos en tu régimen alimenticio. Especialmente, para mujeres en períodos hormonales extraordinarios como es el embarazo o el inicio de la menopausia.

Por fuera de los alimentos, un buen acompañante es el colágeno hidrolizado. Es un suplemento de origen animal que contiene glicina, prolina y lisina, aminoácidos propios de la producción natural. El organismo asimila estos aminoácidos por separado y los destina a distintas partes del cuerpo, ayudando a suplir los niveles necesarios de colágeno que el cuerpo por sí mismo no puede satisfacer. No obstante, siempre es fundamental estar informado y no consumir más de la ingesta diaria permitida. Conocer es el mejor camino para mejorar nuestra calidad de vida.

 

 

Créditos Imagen: Linh Ha

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