Conocer la porosidad del cabello: la clave para reparar y nutrir

Al momento de reparar y cuidar tu cabello, hay varios factores importantes a tener en cuenta. Tal vez te pasó de utilizar algún producto capilar recomendado y con múltiples beneficios, no obstante, luego de lavarte el cabello, no quedó tan de maravilla como esperabas. Al poco rato perdió su brillo y se volvió áspero, reseco y estropajoso. En muchas ocasiones, la porosidad es la responsable. ¿Oíste hablar de ella? Hoy, en este breve artículo, te contamos qué es, por qué es fundamental conocerla y cómo prestarle atención. 

¿Qué es la porosidad?

La porosidad es la facilidad que tiene el cabello de absorber y mantener la hidratación dentro de sus hebras. No se presenta de igual forma en todas las personas ni tampoco es la misma durante toda la vida: varía según el material genético, las condiciones a las que estamos expuestos, los productos capilares nocivos, los procesos químicos como la decoloración y la aplicación de calor sin cuidado.

Es indispensable saber cuál es tu porosidad porque te permite elegir aquellos  productos y tratamientos que son más adecuados para tu cabellera, haciendo que ésta luzca más saludable y sea más fácil de controlar. 

Hay tres tipos de porosidad, a modo de clasificación:

  • Porosidad baja: la cutícula del cabello es más cerrada, compacta, lo que dificulta la penetración del agua y la humedad en la corteza. La corteza es la capa responsable de la resistencia y elasticidad del pelo. Además, es en ella que se encuentra la melanina que da color al pelo.

La ventaja de este tipo de porosidad, a pesar de su dificultad, es que una vez que la hidratación se adentra, se mantiene. Quienes tienen cabello con porosidad baja requieren de productos súper hidratantes. También son útiles los emolientes como la manteca de karité o el aceite de coco.

  • Porosidad media: en este tipo, el cabello se encuentra “más equilibrado” entre la entrada y salida de agua. Es primordial para este tipo de pelo, la ayuda de algún producto que contenga proteínas aunque no es recomendable en uso diario. Podes implementarlo en mascarillas dos veces por semana.
  • Porosidad alta: las cutículas están poco unidas, más bien abiertas hacia afuera. Esta separación permite la hidratación pero facilita la pérdida de agua. En otras palabras, absorbe rápido el agua cuando nos lavamos el pelo y la pierde enseguida y, en pocas horas, el cabello vuelve a estar seco y deshidratado. Para sellar la apertura de las cutículas, es fundamental utilizar productos ricos en proteínas y aceites. Ya que tiene tendencia al encrespamiento, también se recomienda el uso de productos libres de parabenos y siliconas.

¿Cómo sé que porosidad tiene mi cabello?

Hay varias pruebas caseras súper fáciles que te ayudan a conocer cómo se comporta tu pelo frente al agua. El método más conocido requiere sólo un vaso de agua. A continuación te contamos los pocos pasos:

1) Nos lavamos el cabello como lo hacemos habitualmente, es importante no agregar más shampoo de lo común ni estrenar esa mascarilla que nos compramos hace dos semanas y todavía no abrimos.

2) Una vez que el cabello esté bien seco, tomamos alguna hebra que haya quedado en la toalla o en el peine. No es necesario arrancarse el cabello ni cortarlo.

3) Colocamos la hebra en un vaso con agua. Sumergimos el pelo hasta que quede por debajo de la superficie, esperamos unos segundos y observamos los resultados. Si la hebra queda flotando cerca de la superficie, nuestra porosidad es baja. Si queda suspendida a medio vaso, nuestra porosidad es media y, finalmente, si la hebra se asienta en el fondo o cerca de él, tenemos porosidad alta.

 

 

Créditos Imagen: Tim Mossholder

Deja un comentario

Todos los comentarios son moderados antes de ser publicados